jueves, 16 de abril de 2009

Noruega y el cinco

Dije yo que iba a ser esta semana el inicio de una nueva etapa, pero no, la verdad es que seguimos lo mismo que antes de Semana Santa. Vuestros rezos no han servido de nada, vosotros veréis, jaja.

De todas maneras, Virgencita, que me quede como estoy. Con eso uno se conforma. La única novedad que tengo en el plano eurofan es que confirmo mi asistencia a la fiesta de “Despedida de Soraya” que se va a hacer en Studio 54 en Madrid el próximo viernes 24, así que espero veros a más de uno por allí. Fijo que Sergi y Seben, al menos, se apuntan, pero si vais a ir alguno más, manifestaos y la “liamos parda” allí, qué ganas. Los de fuera, podéis veniros… anda…

Por otra parte os comunico que tras mi sueño, y tras consultar los vuestros, he vuelto a apostar un año más por Internet a que adivino el ganador de Eurovisión, para resolver el empate que tengo en mi haber hasta ahora (2 victorias, 2 derrotas, históricamente).

No os voy a decir por quién aposté, pero lo he hecho por tres países, de tal forma que si gana alguno de ellos gano más dinero del apostado en total. De hecho si gana uno en particular, me forro. Y no, no he apostado por Noruega porque ahí los ingresos están muy bajos, si ganas, sólo te llevas el doble de lo apostado, y así no vamos a ninguna parte.

Sin embargo, al contrario de cuando aposté por la Chichirizú, este año no estoy convencido de la victoria de mis elegidos, jeje. Hay lugar para la sorpresa siempre con el permiso de Noruega. Sí, la misma Noruega que quedó con 0 puntos en 2003 y la misma que se llevó el gato al agua en 1995 y… en 1985!

De las Bobbysocks siempre recordaré la entrada triunfal en el escenario, y el coro animándolas como si fueran el Real Madrid saliendo al Bernabéu. También su movimiento acompasado de la mano, así como el traje violeta con lentejuelas.

Qué bien se lo pasaron estas dos! (no seré yo quien diga que dejaron alguna botella vacía antes de aparecer en escena). Qué me decis de los calcetines de la del vestido. Entrañable casi tanto como su canción, que podría haber firmado sin problema su vecina Suecia. Escrita para ganar Eurovisión con ritmos schlager-Abba, fáciles y bailongos, se llevó el gato al agua en una edición del festival un tanto anodina.

Para repetir victoria, mucho más se lo va a tener que trabajar Norway este año. Y además, este año no acaba en 5. Sin rimas, graciosillos.

Ey haaaai hooop!