Viaje a una ciudad eurovisiva
Y así, sin hacer nada de ruido, he cogido un avión y... sí, me encuentro en una ciudad eurovisiva hoy. Aquí pasaré el fin de semana y desde aquí escribiré este diario...
Bueno, vale, es cierto que vivo ya en una ciudad eurovisiva, con su Teatro Real recordando todavía el cartel que le pintó el mismísimo Dalí para el certamen del año 69, pero tiene más glamour volar lejos y completar un punto del decálogo del eurofriki que todavía me quedaba pendiente.
No he hecho más que llegar, pero este país huele a Eurovision Song Contest a pesar del descalabro de este año. Por cierto, ¿dónde puedo comprar un billete a Millstreet? Seguiremos informando...
Sí señores, Aquí estoy!