martes, 10 de julio de 2007

Abre tu corazón... pero no hacia mí

Ay que crisis, hay que crisis. Esto me pasa por escribir desde el trabajo. Tenía ya todo el texto de la entrada de hoy escrita, le das sin querer a una tecla y.. ¡plof! Se esfuma toda tu disertación… Ay señó, que dura esta la vida del eurofan. Os contaba que estoy todo el día asomado a la ventana porque Amazon ya me ha mandado un correo diciéndome que han enviado mi DVD de Eurovisión de este año. Viene desde el guayominí, así que no creo que tarde. Estoy ansioso por verlo.

Qué gozada poder ver el eurofestival en formato de gran calidad. La UER debería plantearse el sacar el resto de festivales anteriores al 2004 –año en el que lanzó el primer DVD- también en este formato, a modo de coleccionable. ¿No nos taladran RBA y otras empresas con coleccionables inútiles como “dedales del mundo” o “cien relojes de época” en los quioscos? Pues fijo que si sacaran el resto de certámenes yo me hacía socio vip del quiosco de la esquina.

Y es que tengo algunos en VHS desde 1995, pero claro, no tengo ya reproductor de VHS. La tecnología que evoluciona. Eso sí, desde el 2004 tengo todos los DVD, pero echo en falta por ejemplo, tener en buena calidad el festival del año anterior, para mi gusto, uno de los más completos de los últimos años, desde el escenario hasta –casi- todas sus canciones.

Y digo desde principio a fin porque el inicio fue de vértigo, con Birgitta, la islandesa, presentado uno de los temas más apropiados que hemos disfrutado nunca abriendo el festival. Gran orquestación, una presentación sencilla y cuidada –con clase, vamos- y una interpretación más que correcta que hizo lamentarse a los más rezagados, aquellos que se ponen delante del televisor cuando el festival ya ha comenzado (y que ni son eurofans ni son na, el buen eurofan está enfrete de la tele desde las 7 de la tarde, por lo menos).

Quizá su ‘Open your Heart’ pecó un poco de simplista. El juego con las flores no llamó la atención y el juego de luces cuando la letra de la canción dice “turn your darkness into light” pues como que pasó desapercibido –no así las jamonas del coro-. Pero la islandesa de 23 años –en aquel momento, claro, aunque pareciera que tuviese algunos más- era dulce, profesional y amable. Tuve la oportunidad de hablar con ella por teléfono para hacerle una entrevista y fue tan encantadora que no tuve más remedio que votarla ese año para contribuir, en la medida de lo posible, a ese noveno puesto que incluso pudo saber a poco.

Birgitta, amiguísima de Selma, otra gran islandesa (no es de extrañar, porque en Reyjkavik son cuatro gatos y deben conocerse todos), ha intentado representar a su país ya en otras ocasiones, en solitario o con su banda ‘Irafar’, pero con poco éxito. Esperemos que algún año vuelva a ganar la preselección de la RIJ y nos deleite con su simpatía sobre el escenario. Ay si ella no tuviera novio y yo... da igual Birgi, déjalo estar, que me gustas más así, como amor platónico en la distancia.

Open your heart, show me the way...