martes, 15 de abril de 2008

La calle Chiki Chiki

Ayer me fui a dormir antes de las 12 de la noche y, la verdad, es toda una novedad en mi vida. Vale que estuvo motivada por situaciones externas a mí: el cansancio, el hecho de que aún no me haya llegado a casa el kit ADSL que pedí hace siglos (odio a las telefónicas), el que en la tele todo fuese una mierda… Realmente la veo poquísimo, casi ni la enciendo, pero ayer cometí el error y la dejé casi toda la noche puesta…

¿El motivo? En el programa que va antes del telediario en la 1, no me importa el nombre, estaban hablando del chiki chiki, y de que en un pueblo de Zaragoza, el alcalde o no se quién había propuesto cambiarle el nombre a una calle General Franco por calle Chiki Chiki. Los vecinos, mañicos ellos, salían todo indignados, contentos por el cambio de nombre, pero indignados por el hecho de que se le pudiera poner ese nombre a la calle.

- Es que es una tontería, una payasada.- decía un abuelete boina en mano.

Para payasada, la posibilidad que está cobrando fuerza de que sea King África el que vaya acompañando en el coro/baile a Chikilicuatre en Belgrado. A dónde vamos a parar? Mira que el chiki chiki me está empezando a caer en gracia y ya no le odio 100 puntos, sino 48, pero es que King África debe ser de los cantantes que peor me caen en el mundo.

En fin, que si va King Africa creo que apoyaré a todas las canciones frikis del festival. Bueno, reconozco que ya he caído rendido a los encantos del Pavo Dustin, cuya base músical me encanta, y si no fuera una marioneta, la canción me gustaría tanto como lo hizo en su día la diva Silvia Night. Pero de ahí a que me guste Estonia o la gallina bosnia… si eso ocurre, es que estoy muy grave. Salvadme.

Después de esta parrafada, hoy es imposible encontrar una canción que cuadre con todo esto, así que después de hablar de fricadas, como contrapunto lo mejor será recurrir a la calidad, así que para hacerle un regalillo a alguien del diario que él sabrá quién es, invito a pasarse por aquí a Koit Toome, el representante estonio de 1998, que ahora que lo miro bien, se me parece al Paolo Meneguzzi. También es estupendo!

En su pianito blanco, con su trajecito blanco, tan mono… tiene pinta de ser el yerno que toda suegra querría tener. La canción, es bonita, agradable, se deja escuchar… y quedó en el puesto 12. De cuando Estonia hablaba en calidad, allá por los 90. Mañana os cuento más.

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