Todos nosotros (brillamos)
Lo siento chicos, hoy no tengo nuevas chikinoticias que contaros, jaja! Pero si que os puedo contar que ya tengo mi kit ADSL en la oficina así que esta noche lo mismo puedo volver a navegar volando por la Red! Si me veis pasar, no me detengáis!
Así, raudo como el rayo, que hoy tengo mucha plancha en el trabajo (que diría una antigua jefa mía que era un poco –por no decir muy- maruja), paso a comentaros la canción que nos alumbrará hoy. Y bueno, para alumbrar, nada mejor que el himno de Katrina and the Waves, ‘Love shine a light’, que se llevó la victoria de calle en 1997.
Recuerdo el momento de su presentación, cuando Uribarri la definió como la gran favorita al título. Nada más oir los primeros acordes de su fanfarria estuvo claro que Katrina –estrella en los 90 y ‘renacida’ no para amar sino para triunfar en el ESC- se llevaría el primer puesto.
La canción es perfecta para ganar Eurovisión en los 90. La composición musical no puede estar más trabajada, sus campanitas, sus trompetas, su crescendo para dar paso a los coros… un estribillo que se recuerda bien, que se queda a lo ‘amémonos todos’ (me encanta la parte del: “and we aaaaaallll bla bla bla*..., aaaaalllll...) y la interpretación de Katrina, que derrocha tablas por doquier, es genial. Creo que no olvidaré nunca el verde de la camisa de Katrina, sus coristas al inicio, el escenario de Dublín'97...
Creo que siempre recordaré esta actuación, que ví, cuando aún vivía en familia en Almeriland, con mi Little hermana y mi señora madre. Al ver al del bigote de la guitarra (qué hortera, ahora que lo pienso, con sus gafas de sol) empezaron a reírse y no me dejaron escuchar la canción. Yo me cabreé de tal manera que ellas se seguían riendo más… jajajaja.
Ahora me da risa, pero menudo mosqueo me pillé aquella noche. Ahora, pasado el tiempo, he comprendido que la mejor manera de ver el festival es con familiares y amigos, te echas unas risas… y a la mañana siguiente, te levantas prontito, y te lo ves tu solito… Y aprecias todo tipo de detalles. Son dos formas diferentes de vivir el ESC, y ninguna tiene por qué anular a la otra.
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And we aaaallll...