martes, 4 de noviembre de 2008

El dos!

Si el domingo fue una letra lo que se repitió, ayer fue un número. Recibí DOS llamadas curiosas, una de los DOS patitos y otra del número DOS, otras DOS de DOS amigos a las que no pude contestar, me compré DOS abrigos (todo un logro, pues llevaba DOS temporadas intentando cambiar uno raído que tenía), me acosté a las DOS de la madrugada, me mosqueé con DOS redactores, metí la pata DOS veces y me bebí DOS cocacolas para DOS (tal y como lo dijo la Lati a la camarera, cuyos DOS ojos se abrieron como platos)... ¿tenemos terminación para la lotería de navidad? La del día veintiDOS!

Y es que no conocéis a la Lati, pero ayer vino a Madrid y vino a visitarme (no confundir con la Boni, que ya os contaré algún día por qué no viene a Madrid). Y nos pasamos la tarde riendo, de compras y cenando... Un broche redondo al día porque la verdad, cada vez me hace más ilusión ver a la Lati. Debe ser que me hago mayor y a las amistades que están lejos, las extraño. Por eso me pongo contento cuando las veo.

El dos es un número desagradecido en Eurovisión. Ya sabéis la maldición de quien actúa en segunda posición... nunca ha ganado el certamen. Por muy buena que fuese la canción, como la de la Garlick, o por muy extravagante que se le considerase, como fue el Poier el año siguiente. De hecho, aquel 2003 fue el único año que vi Eurovisión con la Lati, y aquel año quedó en segunda posición Bélgica, con Urban Trad.

No me había llamado la atención la canción hasta el día del concurso, pero cuando vi la puesta en escena, bastante mágica por cierto, con el movimiento simple de las manos que mueven las cajitas imaginarias, tuve la corazonada de que podía estar muy alto aquella noche. Y no estuve lejos porque se quedó en la posición número DOS, por detrás de la gran Sertab, sin duda la mejor para mi gusto ese buen año, en el que el reñido final de las votaciones fue alucinante, de lo mejorcito.

El caso es que el tema belga es digno de escuchar, la musicalidad lo dice todo (no así otros temas de Urban Trad que he oido posteriormente) y la puesta en escena, las luces... contribuyeron a que la sinfonía sobre el escenario de Riga pareciese perfecta. La española Verónica Codesal era la intérprete principal de este grupo que bien podía haberse llevado la victoria aquel año... desde los primeros acordes te envuelve... y el idioma inventado queda bien, sonoro y musical (no como lo que volvieron a intentar los belgas este año, que ya huele lo de inventarse idiomas! una vez vale y gusta... DOS... uf!) El estribillo es tan majestuoso... Coño! y Qué casualidad, actuaron en el puesto 22. Otra vez este número...

Sanomi...