El abuelito de Noeli
Ya lo dijo nuestro amigo Miguel Angel el otro día en los comentarios, un país es responsable de crearse una reputación en el festival. Es decir, si llevas varios años llevando bodrios o entradas de calidad, al año siguiente, aunque lleves algo bueno, corres el riesgo de que la gente no te tome en serio.
Pasará con España -que yo no lo percibo al estar aquí- quizá este año, y a mí me pasa con Estonia. Después de lo que llevaron el año pasado, del espectáculo tan lamentable, yo no he podido ni escuchar la canción de este año aún. Es que tengo la imagen de país que se ha reido del festival y este año no creo que me lo pueda tomar en serio.
Me gusta pensar en otras Estonias, como la de Inés, la de Sahlene, la de Gerli Padar... o las de Maarja. Ya hablamos de la del 97, pero no habíamos tratado cuando fue un año antes acompañada de su abuelito Ivo Linna (que no Hulukuki, que ese era el de Noeli y vivia en Laponia, por lo que hubiera tenido que ir por Finlandia).
La verdad es que aquella representación me parece entrañable. Ella no parece que tenga 16 años ni por asomo con esa camisa de abuela y el pantalón por el sobaco, él que tan 'rebolondo' se lo pasa genial sobre el escenario a pesar de que no sepa combinar colores (azul y verde, no!) pero la agradable voz de ella y la rasgada de el se convierten en una mezcla realmente sorprendente y entrañable que llevó a Estonia hasta el quinto puesto de aquel año.
No hay coreografía, el del piano es más feo que un dolor... pero la mezcla funcionó. El último minuto de canción es chulo, chulo. Todo para vosotros.
Kaelake Haal